Malvinas Argentinas (Córdoba) – Entrevista con Eli Leiría
Varios años duró el bloqueo a Monsanto, en la localidad de Malvinas Argentinas, en el gran Córdoba. La multinacional intentó por todos los medios instalar una planta que produciría un tipo de maíz transgénico. Gracias a la fuerza y la lucha incansable de su pueblo, Monsanto fue expulsado de Malvinas Argentinas, marcando un nuevo hito a nivel nacional y mundial. Una de las principales protagonistas de aquella lucha fue Eli Leiría. Llegamos hasta Malvinas para hablar con ella y nos contó su historia, escalofriante.
Eli nos recibe amablemente en su casa y su entereza no parece la de una mujer que ha vivido lo que a ella le ha tocado. “Estoy enferma”: es la frase que la resume, y aunque ella no haya estado expuesta directamente a zona agraria de fumigación, los agroquímicos, tan poco conocidos por la gente común, han tenido una actuación directa.
Nos cuenta: “Empecé un día con vómitos, malestar general, diarrea, dolor de cabeza, no podía comer, todo me hacía mal. Me fui a Córdoba, me pidieron todos los estudios y no me salía nada. El doctor me dijo que podía ser un cáncer a los intestinos. Me hicieron el estudio y nada. A todo esto yo ya no podía más y estaba irreconocible. Empecé a tratar de recordar, pensar, qué podía estar haciéndome mal. Un día, Dios me iluminó y le dije al doctor que al lado de mi casa molían de esos bidones que usan para los campos. ‘¡Hubieras empezado por ahí!’ me dijo el médico. Me mandó urgente a toxicología: 0,3 es el máximo que una persona puede tener y yo tenía 0,27 de químicos en sangre. Me dijo que eso no se curaba porque ya mi organismo estaba todo enfermo. La sangre con el tiempo se lava, pero el hígado, los riñones, sistema nervioso, sistema respiratorio, etc. ya están enfermos. Al tiempo me salió que tengo epoc. Más adelante me dijeron que tenía afectado todo el sistema nervioso central. Hoy estoy medicada, un medicamento para cada problema.”
ENTREVISTADOR: -¿Cómo siguió la historia con el vecino después de todo esto?
ELI LEIRÍA: -Cuando yo supe de todo esto, me fui a la municipalidad a exigir que clausuren todo eso. Pedí a varios vecinos que me acompañen y nadie quiso ir, decían que nos los afectaba. Al tiempo, cinco personas acá alrededor murieron de cáncer. Bueno, fui a la reunión en la municipalidad sola. Gracias a que no me callé, logré que saque todo eso de acá y lo llevó a otro lado, pero siguió con el camión.
E.: -Yendo al tema del bloqueo a Monsanto, se decía que la planta traería muchos puestos de trabajo y que ustedes impedían eso…
E.L.: -La empresa, tal como era, iba a ser para que un tipo manejara un tercio de la planta porque era todo digital, entonces ¿de qué puestos de trabajo me hablan? Aparte se necesitaba mano de obra especializada, entonces nadie del pueblo. ¿De qué puestos de trabajo me hablan?


E.: -¿Recibió amenazas?
E.L.: -Sí, dos amenazas telefónicas.
E.: -¿Fue durante la época más dura de la lucha?
E.L.: -Sí, la primera fue en un tono muy ordinario, y lo que lograron es que me levantara de la cama y fuera a la marcha a la que no iba a ir, por mi estado de salud. “no vayan a pensar que no fui por miedo” me dije, me levanté y me fui.
E.: -¿Sienten que esta lucha ha servido o servirá la conciencia de nuestra sociedad? ¿O quedará como un hecho aislado y olvidado, como tantas cosas que se olvidan en nuestra comunidad?
E.L.: -Mucho ha cambiado. Ha cambiado la conciencia. Al principio todos te insultaban. Perdí a todas mis amistades por esta lucha. Todo esto fue hasta que salió el estudio de impacto ambiental y se supo que iba a contaminar. Y sacamos la difusión. Ahí la gente se dio cuenta, porque había mucha gente que apoyaba pero nadie salía a la calle. Mo odiaron, la gente, los del municipio.
Así nos despedimos de Eli y de Malvinas. Con muchas más historias y anécdotas que las que entran en estas páginas, y con la conmoción de saber hasta dónde puede llegar el daño que los agroquímicos causan al ambiente y a nosotros mismos.
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